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El baúl de Mawey

UN MINUTO

UN MINUTO

En el vuelo callado de un minuto,
-esa ventaja tuve de la muerte-,
las alas extendidas de la suerte
me mostraron los pardos y los verdes,
mezclados en mi lienzo, en una rosa.
Un minuto, tan sólo un minuto,
Y fueron cuatro pétalos, jardín,
el único destino para mí.
El aire que buscaba,
el sueño que escapaba,
la dicha tan lejana,
todo estuvo a mi lado.
Tan sólo fue un minuto,
y comprendí que tu eras tren
y yo tu pasajero.
Dos veces me olvidó la muerte.
Y no por mí, sino por ti.
Porque tú me salvabas cada día
de mi contínua e ignorante agonía,
alejándome de la monotonía,
disfrazada de frutas y de espejos,
de sonrisas, sudores y silencios.
Tus caricias calladas
remaron de la ausencia a la esperanza,
y empujando la vela de mis vientos,
navegaste a mi lado por los sueños
llevándome a la orilla de la vida,
dejando nuestro amor siempre a salvo.

M.A.W. Febrero 2005 ®

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